En contra de las predicciones iniciales del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que estimaban que Argentina tendría una de las cinco vendimias más bajas de los últimos treinta años, cuando aún no se ha terminado la cosecha ya se acumulan 25.7 millones de quintales, lo que supone un error del 22.7% que a buen seguro será todavía mayor. En principio las razones parecen ser los fenómenos climáticos vividos durante la última parte de la cosecha.

¿Por qué es tan importante este error? En primer lugar porque se fijó el porcentaje de uva para mostos en base al pronóstico inicial, buscando el equilibrio y tratando de evitar excedentes. Sin embargo, ese porcentaje obviamente ha resultado ser erróneo, con las consecuencias directas sobre el stock de los productores y distribuidores.

Por otra parte, ese incremento del stock lógicamente también ha tenido incidencias directas en el precio de los caldos y vinos a granel. De hecho, desde que se empezó a conocer el volumen de la vendimia 2014 la tendencia al alza de los precios se ha estancado.

Un grave error del INV que puede pasar factura a toda la industria vitivinícola nacional.