Valorado en coctelería y entre buscadores de destilados premium con identidad propia.
El brandy australiano destaca por su personalidad fresca y afrutada, con una elaboración que equilibra tradición y calidad.
Se produce principalmente a partir de vinos de uva, destilados mediante doble destilación en alambiques de cobre, un método que aporta suavidad y refina los aromas, similar al proceso tradicional del coñac francés.
Perfil de sabor:
Envejece un mínimo de dos años en barricas de roble francés y americano, donde desarrolla matices de madera, especias y frutos secos, mientras mantiene su característico perfil frutal.
Sus versiones premium, como los VSOP y XO, alcanzan entre cuatro y seis años de maduración o más, logrando una mayor complejidad y redondez en boca.
Señas de identidad:
Una de sus señas de identidad es su versatilidad: los brandis más jóvenes son ideales para coctelería por su frescura y notas de frutas maduras, mientras que los más añejos se disfrutan solos, convirtiéndose en una excelente opción como aperitivo o digestivo.
El brandy australiano cuenta con una tradición local que se remonta al siglo XIX, con destilerías históricas que mantienen altos estándares de calidad.
Es una opción cada vez más valorada tanto en coctelería como para quienes buscan destilados premium con identidad propia.
Edades disponibles: Consulta edades.