Versatilidad tanto para consumirlo solo, como en cócteles
El vodka es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo. Es apreciada por su pureza, versatilidad y facilidad con la que se integra en diferentes culturas y tradiciones.
Destaca por su ausencia de color, aroma y sabor distintivos, lo que lo convierte en una bebida muy versátil tanto para consumirse sólo, como para mezclarse en cócteles (como el Bloody Mary, Cosmopolitan, Moscow Mule, entre otros).
La elección de la materia prima (trigo, centeno, patata, etc.) y el método de producción pueden influir sutilmente en el perfil final del vodka, aunque su característica principal es la pureza y neutralidad.
En los países del «cinturón del vodka» (Rusia, Polonia, Ucrania, Finlandia, etc.), suele beberse solo y bien frío, mientras que en otros lugares es habitual mezclarlo con zumos, refrescos o emplearlo como base en coctelería.
Variedades:
Vodkas saborizados: se les añaden esencias de frutas, hierbas o especias.
Vodkas Premium: se distinguen por procesos de destilación y filtrado más rigurosos.
Grado alcohólico:
El vodka estándar tiene entre 37,5% y 40% de alcohol, aunque hay versiones que pueden llegar hasta el 50% o incluso más, en casos excepcionales.